domingo, 10 de noviembre de 2013

NEIL HARBISSON y el arte sonocromático

¿Podrían haber suprimido el cromatismo de sus esculturas los griegos clásicos en caso de no ver los colores? ¿Sería la Muerte de la Virgen una obra tan potente si Caravaggio no hubiera sabido qué color era el rojo? ¿Dónde hubiera ido a parar la revolución del color durante el Impresionismo? ¿Qué hubiera creado Picasso en su Etapa Azul si no hubiera sido capaz de ver este color?

Sin darnos cuenta, el cromatismo es uno de los elementos que rigen nuestra vida. Estamos rodeados de colores que nos facilitan nuestro transitar por el mundo y lo tenemos tan asimilado que nos es indiferente. Desde el uso de un semáforo, reconocer las banderas de los diferentes países o el vestirnos diariamente hasta la transmisión de emociones, los colores cumplen una parte fundamental de aquello que nos rodea. Todo tiene color.

Pero no es así para Neil Harbisson. El artista que vengo a presentar hoy nació con una curiosa condición visual llamada acromatopsia que le ha llevado a vivir en un mundo en blanco y negro, ya que no es capaz de visualizar los colores. Desde mi posición de daltónico puedo intuir, de algún modo, su forma de ver el mundo. Aunque lo que para mí es percibir lo que me rodea de una forma distinta a la del grueso de la población, para él debe ser la antítesis del mundo tal y como está concebido.

Neil Harbisson junto a una de sus creaciones
A través de un sensor que él mismo elaboró, Neil ha convertido los colores en sonidos y ha hecho de su peculiar visión una forma de arte. Su eyeborg le ayuda a detectar los colores del objeto que mira, enviando la información a un chip y convirtiéndola en un sonido, de forma que tiene toda una escala de sonidos asociada a la escala de colores. Con ello ha sido capaz de elaborar una de sus creaciones más interesantes: lienzos en los que convierte conocidas canciones en cuadros excéntricos de diferentes colores. Pretende así que el público vea con una simplificación la forma en que él percibe el mundo cromático. 

Rompiendo con la idea de que únicamente los colores pueden emocionarnos, Neil considera que el blanco y negro también son objeto de emoción. Considera que las películas antiguas o las fotos sin color tienen una potencia emotiva muchas veces más fuerte que si presentaran color alguno. Aunque, por otra parte, encuentra lo atractivo en grandes acumulaciones de colores. Para él, el mar o la montaña pueden llegar a ser lugares aburridos, en el sentido en que en estos entornos percibe algo que podríamos llamar “sonidos monocromáticos”. En cambio, un supermercado es un gran concierto, con centenares de colores que para Neil suponen centenares de notas. Incluso encuentra lo atractivo en un cementerio, ya que la multitud de flores con sus múltiples colores son capaces de crear una sinfonía. Por tanto, ha llegado a comprender que el color es una percepción pero no únicamente visual.

Otra interesante vertiente de su obra son los retratos. A partir de los ojos, los labios, la piel y el pelo de cada persona, consigue crear un acorde único que será el indicado para aquel rostro. Lo más curioso es ver como el sonido de un retrato cambia con el paso del tiempo, precisamente porque el rostro cambia. Con lo cual podemos entender que la percepción del objeto artístico es siempre diferente.

Neil Harbisson retratando a la actriz Vicenta N'Dongo
La unión de la cibernética a su propio cuerpo le ha llevado a ser un cyborg reconocido, a pesar de que a día de hoy no lleva implantado directamente el sensor en su cuerpo, aunque es seguramente la finalidad de esta idea. A partir de él ha creado la Fundación Cyborg a través de la cual pretender ayudar internacionalmente a todos aquellos que quieran formar parte de un nuevo concepto de persona.

El mundo avanza y la cibernética está a la orden del día. Neil Harbisson consiguió hacer arte, además de llegar a percibir los colores, gracias a los modernos adelantos que él mismo incentivó. Quizás Neil es tan sólo un precedente o un iniciador del arte que está por llegar. Quién sabe si algún día se acabará imponiendo lo tecnológico en lo artístico.


Charlie W.


Para saber más sobre el proyecto de Neil Harbisson, os dejo enlaces al documental En un xip multicolor y al sitio web de la Fundación Cyborg

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